EL ARTE DE ESCRIBIR


El arte de la escritura

Primer artículo de David Brierley, nuestro experto invitado este mes

Escribir a mano es un proceso complejo que se basa en intrincadas actividades perceptivas y sensomotrices. El proceso y las habilidades para escribir a mano han sido objeto hace poco de diferentes tipos de investigaciones, principalmente en el campo de la neurofísica, pero también de la estética de la escritura y la alfabetización. Como era de esperar, se ha comparado con los procesos relacionados con el creciente uso del ratón, el teclado y la pantalla del ordenador.
Los estudios anteriores se limitaban, en gran medida, a investigar las implicaciones de la percepción visual y la actividad sensomotriz. Sin embargo, en los últimos años, se ha enfocado este tema desde puntos de vista psicológicos, fenomenográficos y filosóficos. Es ahora cuando se ha detectado que estas competencias están estrechamente relacionadas.
Hoy en día, la mayor parte de la escritura se realiza mediante dispositivos tales como el teléfono móvil o el ordenador. El cambio de papel y lápiz por ratón, teclado y pantalla es una de las principales transiciones de nuestra época. Anne Mangen, investigadora de la Universidad de Stavanger, en Noruega, y su colega de la Universidad de Marsella, Jean-Luc Velay, definen la escritura a mano como una actividad unimanual, mientras que la escritura a máquina constituye una actividad bimanual.

La escritura a mano supone un proceso más lento que mediante el uso de un teclado. También es diferente la atención visual del escritor. Al escribir a mano, el centro de atención es la punta del lápiz y el nivel de concentración es alto. Por el contrario, al escribir a máquina la atención se divide entre el elemento motriz que supone el proceso de teclear y el elemento visual de contemplar la pantalla. Por supuesto, la producción de cada una de estas letras también es diferente. La letra escrita toma forma, una forma reconocible por los demás y cuyo resultado pueden calificar de personal. La letra mecanografiada, en cambio, ya está predefinida y estandarizada.
Como bien se sabe, el uso de las manos y su manipulación desempeña un importante papel en el desarrollo cognitivo y en el dominio de la lengua. Muchos científicos sostienen que la notable disminución en las habilidades de lectura durante los últimos años está relacionada con el hecho de que cada vez más niños aprenden a escribir tecleando, en lugar de formando las palabras a mano. Así ha salido a la luz la importancia de las habilidades hápticas en los procesos de aprendizaje. La percepción háptica es una combinación del sentido del tacto que se genera mediante órdenes motrices. De este modo, la mente y la mano se conectan para realizar una acción. La escritura a mano está estrechamente relacionada con la propiocepción, es decir, la manera en la que percibimos las demás partes de nuestro cuerpo en oposición a cómo percibimos el mundo exterior. Por eso el hecho de sentarse recto es importante mientras se aprende a dominar el arte de la escritura .
Innegablemente, escribir a mano es una habilidad fundamental para el desarrollo de la capacidad cognitiva del niño. Aún así, últimamente se está prestando más atención a los avances tecnológicos. Resulta paradójico que la escritura se haya desarrollado en consonancia con el progreso tecnológico: desde el papiro, pasando por el estilete, el bolígrafo y la imprenta. La escritura siempre ha dependido de las habilidades manuales, la aptitud intelectual y la comprensión estética: la relación entre estos tres factores es la esencia del valor de escribir a mano. En nuestros días, sin embargo, prima la cuestión del impacto de las tecnologías digitales en la escritura, la lectura y la comprensión. Günther Kress, experto en este campo , aboga por una nueva teoría del significado, es decir, de cómo el acto físico y material de la escritura se relaciona con la recepción corporal del significado. Este aspecto debe reflejarse en las pedagogías de alfabetización. La cognición corpórea, el papel del cuerpo en el aprendizaje, parece ser el camino a seguir en un mundo cada vez más tecnológico. El hecho de escribir a mano se ejecuta mediante una integración de componentes táctiles y háptico-kinestésicos: el primero visual, al ver las letras; el otro, formándolas. Esto significa que el uso de un teclado modifica la función tanto de la mano como de la mente. Al escribir, usamos una mano; al teclear, dos (¡aunque no en mi caso!). La mano con la que no escribimos desempeña una función complementaria, recolocándose constantemente sobre el papel y contrarrestando el movimiento de la mano que escribe. De este modo, suele anticipar las acciones de la mano ejecutora. En las personas diestras, el hemisferio izquierdo es el responsable de los procesos lingüísticos.
Escribir a mano es una experiencia más lenta y laboriosa. Hace veinte años, Haas explicó cómo afectaba esto a la mediación de los aspectos mentales y materiales de la alfabetización .
El uso del pulgar y dos dedos es lo que hace especial a la escritura manual. Implica la interacción, flexible y prodigiosa, del pulgar y el índice, además del uso del dedo corazón como apoyo. Al remover el azúcar del café con una cucharilla, esta se puede sujetar con dos o tres dedos, pero escribir a mano supone una combinación de estabilidad y fluidez que necesita los tres. De esta manera, se posibilita un potencial rotatorio adicional, permitiendo asimismo un movimiento más preciso del lápiz. La escritura a mano requiere tanto delicadeza como estabilidad. Los tres dedos se comunican entre sí, en  lo que se conoce como la «regla del dedo y el pulgar». El acto de escribir es fundamental para el genoma humano. Aturde pensar cómo la escritura ha dado forma al mundo en revistas, peticiones, poemas, listas, tratados, cartas, facturas, libros de contabilidad, informes, novelas, notas, contratos, recetas, artículos científicos, etc. que han transformado nuestra conciencia colectiva y nuestra progresiva sabiduría.
Trazar palabras es importante desde el punto de vista neurológico, y la escritura a mano requiere la cooperación de dos dedos y el pulgar. Las yemas del pulgar y del índice ciñen perfectamente la caña del bolígrafo, cerca de la punta, dejándola reposar en el lateral del dedo corazón. El movimiento de los dedos se transmite hasta la mano en la muñeca, garantizando un movimiento suave y rítmico sobre la página, ya sea firmando una sentencia de muerte o un autógrafo. Cuando Christopher Latham Scholes inventó la máquina de escribir y los armeros Remington & Co. consiguieron producirla, se perdió gran parte de este encanto, como señala Mark Twain, el primero en entregar un manuscrito mecanografiado. La noción de que el conocimiento pueda disponerse más allá de nuestros cuerpos a través de un complicado sistema neurológico es importante para comprender lo que estamos escribiendo. La inteligencia de la mano se esconde tras el lenguaje. Cuando escribimos a máquina, la palabra ya no pasa a través de la mano al escribirla. La mano se suprime del reino de las palabras. La vida interior se degrada y la escritura mecanizada oculta el carácter del escritor, haciendo de la escritura algo impersonal e incorpóreo. Esta es la razón por la que muchos de nuestros autores destacados aún prefieren utilizar pluma estilográfica, algunos incluso encargando transcribir el manuscrito a un secretario. La pluma ayuda a mantener un flujo de pensamiento. La escritura a mano tiene aspectos tanto temporales como espaciales.
Martin Heidegger contempla este hecho desde una perspectiva fenomenológica refiriéndose a «la corporeidad del proceso de escritura». Con esto, se refiere a la forma en que las manos y los dedos desempeñan un papel crucial en todo el sistema sensorial. Heidegger dice que, al escribir a máquina:
«La palabra ya no pasa a través de la mano mientras escribe y actúa de forma auténtica, sino a través de la presión mecanizada de la mano. La máquina de escribir arrebata la escritura del ámbito esencial de la mano, y esto significa que la mano se suprime del reino esencial de las palabras. La palabra pasa a ser algo «mecanografiado». La escritura mecanizada despoja a la mano de la dignidad en el ámbito de la palabra escrita y degrada la palabra a un mero medio para el tráfico comunicativo. Por otro lado, la escritura mecanizada ofrece la ventaja de esconder la propia caligrafía y, con ella, el carácter del escritor .
Alexander R. Lurija (1902-77), famoso neurólogo y experto en Psicología Evolutiva ruso, habla en cambio de «melodía cinética» y pone de relieve lo siguiente:
«En las etapas iniciales, la escritura depende de la memorización de las formas gráficas de cada letra. Tiene lugar a través de una cadena de impulsos motrices aislados, cada uno de los cuales es responsable de ejecutar un solo elemento de la estructura gráfica. Con la práctica, la estructura de este proceso se altera radicalmente y la escritura se convierte en una sencilla «melodía cinética» que ya no requiere memorizar la forma visual de cada letra aislada ni impulsos motrices individuales para realizar cada trazo. Lo mismo ocurre en el proceso en que el cambio para escribir un engrama muy automatizado (como una firma) deja de depender del análisis del complejo acústico de la palabra o la forma visual de sus letras individuales y empieza a formarse como una simple «melodía cinética» .
La pregunta es: ¿qué son esas «melodías»? Escribir implica dos melodías: la visual y la auditiva. El ojo y el oído se armonizan al escribir .
The neurologist Frank Wilson is regarded ad being a pioneer in this work. He writes: "Any theory of human intelligence which ignores the interdependence of the hand and brain function, the historical origins of that relationship, or the impact of that history on developmental dynamics in modern humans, is grossly misleading and sterile." [8]
Even so it must be said that the significance of the intelligence of the hand and its consequences has been largely ignored by education policy makers with the result that there is widespread neglect in the nurturing of these essential human attributes. Knowledge is found in the hands.
So we arrive at the question of movement and memory. All evidence suggests that movements of the hand, in this case the shaping of letters, aids memorization. Young children often write in the air or move their fingers on the desk before writing on paper. Tracing movements in this way helps memorization.
Wilson destaca que nunca seremos capaces de entender lo que es la inteligencia sin estudiar el bipedismo, el fenómeno de ser ambidiestro o la articulación en la base del quinto metacarpiano, con el objetivo de descubrir cómo están interconectados. El resultado cambiará nuestra forma de ver la educación. La mano es tan importante en el aprendizaje humano como el cerebro. Es un llamamiento al aprendizaje corpóreo.
Hoy en día, la mayoría de la gente no está contenta con su caligrafía, sienten que les falta elegancia, estilo y, a menudo, legibilidad. La escritura moderna suele estar llena de cambios y errores. No se percibe el flujo. En los países orientales, donde se aprecia enormemente la caligrafía, la escritura manual se basa en la idea de que el camino hacia la libertad es el camino de la disciplina. El aprendizaje de los complejos caracteres chinos, formados a veces por hasta treinta trazos, se realiza dibujándolos con palos en la arena, y  posteriormente, utilizando pinceles y tinta. Esto a nosotros nos parece una pérdida de tiempo, preferimos el caótico uso del bolígrafo, un instrumento diseñado para hacer las cosas rápido. En la tradición china, la escritura manual y la caligrafía gozan de una mayor consideración que la pintura o la escultura, debido a la necesidad de un flujo continuo y, al mismo tiempo, de gran concentración. Por otra parte, todos sabemos que la caligrafía de un médico es la más ilegible del mundo.
En el momento de redactar este artículo se están desarrollando varios proyectos de investigación para determinar el valor de la escritura manual a la luz de la tecnología moderna. Hay autores que consideran beneficioso aprender mecanografía a una edad temprana, antes de escribir a mano, como defiende el noruego Arne Trageton. La European Research Network on Learning to Write Effectively (Red de Investigación Europea sobre un Aprendizaje Eficaz de la Escritura) con sede en Poitiers, Francia, es un organismo que explora todos los aspectos de este asunto. Es particularmente interesante el trabajo del grupo 4 sobre avances tecnológicos en herramientas de escritura. Esta investigación incluye la detección de los movimientos del ojo al escribir. En ella, jóvenes escritores en ciernes de todos los cursos de centros escolares se comparan con escritores expertos (autores consagrados). Para ello se recopilan datos en cuanto al Ojo y el Bolígrafo (escritura a mano) y el Ojo y la Escritura (mecanografía). La Universidad de Helsinki espera poder llevar a cabo un trabajo similar en un proyecto patrocinado por la UE en ocho países diferentes.
En muchos países europeos, las escuelas de primaria se enfrentan a una nueva aula tecnológica con imágenes virtuales que reemplazan dibujos, diagramas y libros al mismo tiempo que la pantalla sustituye al papel. Existe una fuerte oposición, cada vez más enérgica, a estos cambios, principalmente sobre la base de la consiguiente eliminación de la interacción humana en el aula entre profesor y alumno, profesor y grupo y entre los propios alumnos. Otra cosa es, por supuesto, el uso de esta tecnología cuando el alumno trabaja en la composición de documentos más grandes en los que la edición y la corrección se hacen necesarias.
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